lunes, enero 15, 2007

El Globo Rojo

El tema de este mes en el versiones del foro en el que participo, era el color rojo. Debíamos hacer una ilustración con lo que nos sugería ese color. El rojo sugiere muchas cosas, pero no quería hacer la típica ilustración, ya sabes: sangre, pasión, ira, etc, entonces recordé una película que ví hace muchos años, creo que se titulaba así: "El globo rojo", pero no estoy muy segura. La "peli" era en blanco y negro y se trataba de un niño al que se le había volado su globo que era rojo (lo único que salía en color)para mí la película había sido bastante aburrida, pero todos comentaban que era una gran obra de arte...en fín, lo cierto que ese recuerdo trajo enlazado otro que me sucedió cuando era pequeña que a su vez me recordó algo que me había contado mi marido, pues una cosa se unió a otra y salió esta ilustración y este relato.


Y aquí el mismo dibujo en color, lo hice primero en color para tener dos opciones, sabiéndo que después podía pasarlo en blanco negro con el photoshop.


Y aquí el relato. Si eres de los pocos que leen los post de los blogs, no olvides dejar tu comentario.

¿Alguna vez te han regalado un globo inflado con helio? Sí, esos que quedan tiesos, y que si en un descuido lo sueltas vuelan hasta quedarse pegado en el techo si estás en un lugar cerrado o hasta las nubes si estás al aire libre. Son mucho más divertidos que los que inflas tú mismo, que se caen, no vuelan y no tiene gracia alguna.
Pues una vez mi papá me regaló uno. Fue en invierno, en una de esas tardes soleadas de domingo. Salimos a la plaza de mi barrio, una plaza sin mucho atractivo para un niño, no tenía columpios, no había palomas, no se podía pisar el césped, pero de vez en cuando, sobre todo los días festivos, en que había desfiles y otras cosas venía el globero. Un hombre viejito que tenía atados en su bombona de Helio cientos de globos de distintos colores, quizás no eran cientos, pero para mí eran muchos. Recuerdo la emoción que sentí en el momento en que debía decidirme por uno, escogí el de color rojo. Estaba feliz. Me gustaba caminar con el globo sujeto en la mano, superando el nerviosismo y la tensión de que si no lo sujetaba bien podía perderlo. Para evitar que sucediera eso mi padre me lo ató en la muñeca. Comencé a jugar con él. Corría y el globo venía detrás de mí. Me detenía y el globo lo hacía unos segundos después. Lo cogía con la mano, lo atraía hasta mi cara y luego lo soltaba viendo como subía rápidamente hasta ponerse por encima de mi cabeza otra vez. Era divertido. Fue en uno de esos juegos cuando sin darme cuenta, el globo que parecía tan bien sujeto, se zafó de mi muñeca y salió volando, hasta que se perdió en el cielo.

En el otro extremo de la ciudad, al que ahora es mi marido, su padre también le regalaba un globo rojo inflado con helio. Junto con el globo le mostró una bobina de hilo de coser de la madre de unos cien metros de largo. Le sonrió, y sin mediar palabras ni perder el tiempo en ninguna explicación le enseñó a sujetar el extremo del hilo con el cabo del globo utilizando un nudo especial para que no se soltara. Fueron hasta el parque más cercano, y cuando encontraron un espacio despejado de árboles, alejado de cables y postes de luz, soltaron el globo y contemplaron su vuelo entre risas y carcajadas, hasta que el globo se perdió en el cielo.

Hoy pienso en aquél día de aquellos años y veo dos niños en la misma ciudad mirando el cielo.
Una está triste, porque perdió su globo. Aún no quiere regresar a su casa porque espera verlo por última vez.
El otro niño está exultante, su globo voló muy alto, tan alto que ya no lo ve, aunque aún siente la tensión en los últimos centímetros del hilo, sólo tiene que decidir en que momento soltarlo si es que no se rompe antes, pero aún no se ha roto, eso es bueno, así que aprovechando este instante de suerte lo está retrasando porque él también espera ver a su globo una vez más. Lo cierto es que ninguno de los dos globos apareció. Quien sabe lo que habrá sucedido con ellos.

Sigo pensando y me pregunto que hubiese pasado si la niña que fui se hubiese encontrado con ese niño que fue mi esposo, justo en ese preciso momento.

Yo estaría triste porque había perdido a mi globo, y el estaría feliz porque había visto como se perdía el suyo. Nos hubiésemos mirado extrañados, y hubiésemos seguido cada cual por su camino pensando uno del otro: “que niño más extraño”, “que niña más rara”
Sí, sin duda nos hubiésemos separados, ya que esas diferencias que en años futuros nos unirían en ese momento nos hubiesen distanciados, demasiado grandes para soportarlas.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Really great illo. I really like the graphite version. Gives all the attention to the lovely red balloon.

adriana juárez dijo...

Thanks Gerard!!! Do you understand spanish? because i tell, something happened with me when I was a child.

Breadwig dijo...

This illustration is utterly fantastic, beautiful and moving.

adriana juárez dijo...

Thank you!!!!:)

Anónimo dijo...

Adri,acabo de leer la historia del globo! que linda historia! me dio risa, y casi lagrimas !! Me encanto!! vero

adriana juárez dijo...

¡Gracias Verito!!! Eres la única de la familia que visita mi blog...ja, ja

Garnet dijo...

Saludos desde México, me ha parecido una historia fantastica, me gusto mucho.
Encontre tu blog porque el dia de hoy de regreso a mi casa en el carro, he encontrado un globo rojo, desinflado y atorado en un arbol.
Supongo, fue un regalo por el 14 de febrero que se perdio.
Pero hoy lo encontre, decidi por alguna razon bajarme del carro y rescatar singular objeto.
Ahora dispongo hacer de el un regalo aun mas valioso, un globo que sin duda alguna viajo por los cielos, estuvo en contacto con las nubes y vio desde lo alto como algun chico o alguna chica se despedia de el esperando verlo de nuevo.

Me fascino tu ilustración, muy bonita historia. Pienso que este globo que encontre pudiera ser el tuyo; que despues de muchos años ha regresado a la tierra. Sería algo impresionante, en la razon siento que sería ireal, pero muchas veces es la mas emotivo que puede a ver.

Saludos, Gabriel

adriana juárez dijo...

Gracias Gabriel por pasarte por mi blog y por tomarte el tiempo de escribirme estas palabras!!! Me alegra y me anima que te haya gustado este relato!! Veo que eres un romático..ja,ja, no muchos detienen su carro para rescatar un globo..
Saluditos a ti desde España.