jueves, agosto 30, 2012

Dibujos en lápiz negro y rojo

Este verano está siendo muy inspirador. Creo que ha sido el verano en el que he  dibujado más. Desde luego he tenido una motivación extra, espero poder compartirla muy pronto. 
En principio estos dibujos han surgido intentando hacer más muestras siguiendo la técnica del dibujo de la cabecera, de la niña con el globo rojo, y poder así aumentar mi portafolio de trabajos. Una técnica sencilla, en la que me siento muy cómoda, dibujo a lápiz negro con un toque de rojo. ¿Qué os parece? 






miércoles, agosto 22, 2012

Los sueños...


Estos últimos días estoy soñando demasiado. No es ninguna novedad que sueñe. Todos lo hacemos. En mi caso suelo acordarme a menudo de ellos.

La mayoría de las veces, como es de suponer no tienen mucho sentido.

En los sueños nuestro inconciente revuelve los recuerdos, confunde los miedos, cambia los anhelos, mezcla todo y lo une como una película sin director. Las escenas se suceden sin un orden claro, sin un guión previsto.

Pero hay veces, las más emocionantes por cierto, en que al abrir los ojos tienes esa sensación de no saber muy bien si estás despierto o dormido. Recuerdas cada segundo de tu sueño. En medio de tantas incoherencias algo cobra sentido, y te estremeces. Y esto me pasó, justamente ayer, en un sueño, que hoy me gustaría compartirlo



Llego a Buenos Aires después de 13 años sin ir. Al llegar me encuentro con un grupo de amigos ( en mi sueño son amigos pero en realidad no se quienes son, salvo una de las mujeres,  que me alegro de encontrarla porque tenía planeado verla especialmente en este viaje. Esto es muy raro ya que en la vida real  nunca le tuve especial aprecio)
En eso decido llamar a mi papá para pedirle que venga a buscarme. Tomo mi “smartphone” y busco su número entre las llamadas recientes, no aparece. Voy a la lista de contactos, la recorro toda con impaciencia. No está. Vuelvo a intentarlo, es inútil, no puedo encontrar el “bendito” número. Insisto. Mis dedos se desplazan rápido por el scroll de la pantalla, pero el número sigue sin aparecer. No puedo entender que va mal. ¿porqué no puedo encontrarlo? Percibo los ojos de mis amigos sobre mí, me doy cuenta que intercambian miradas, una de ellas me quita el teléfono para ayudarme, pero en eso descubre un juego en el que hay que acomodar algunas piezas, lo extraño es que el móvil-celular queda suspendido en el aire. No sabía que mi celular podía hacer eso. Comienza a jugar, es buena, pero a mi no me importa su pericia, yo quiero llamar a mi padre y ella me está interrumpiendo. El teléfono vuelve  a estar en mis manos, pero esta vez decido llamar a mi madre. Lo coge, le pregunto si podría decirle a mi padre si puede venir a recogerme. Me está por responder. Precisamente en esa fracción de segundos en que uno completa la frase o concluye la pregunta y se prepara para escuchar a su interlocutor me despierto.
Me despierto confusa, nostálgica.
Mi padre hace veinticuatro  años que no está en este mundo, se fue mucho antes de que inventaran los móviles-celulares. Ya son demasiados años que mi padre no está.
Yo lo sé, mi familia lo sabe, los amigos de mi padre también.
 Excepto  mi inconsciente que de tanto en tanto lo hace aparecer en mis sueños.